Esta palabra, mecanografía, ha perdido la vigencia que tuvo no hace tantos años. Hoy se habla más de tratamiento de textos, pero no de mecanografía o, como lo define el diccionario, arte de escribir a máquina. En otro momento me referiré a la historia de esta técnica, pero ahora me interesa detenerme en una paradoja: hay más teclados con clave qwerty que nunca (consultas médicas, hogares, comisarías, incluso teléfonos móviles, etcétera) y, sin embargo, los verdaderos mecanógrafos prácticamente no existen. Con la irrupción de los ordenadores han dejado de existir las entrañables academias de barrio, la mecanografía en Formación Profesional ha desaparecido y lo que sí proliferan son métodos para aprender vía Internet, aunque sus resultados dejan mucho que desear.
Campeonato mundial de mecanografía |
Hoy es común ver mecanografiar a médicos, informáticos, periodistas, policías, estudiantes, profesores o incluso administrativos utilizando únicamente dos o tres dedos de cada mano, con lo que ello implica en cuanto a rendimiento traducido en tiempo empleado, imperfecciones en los textos y energía desaprovechada. Esta situación es muy llamativa porque supone cerrar un círculo mecanográfico. Me explico. Los primeros mecanógrafos utilizaban únicamente uno o dos dedos de cada mano. Con el paso del tiempo la técnica se fue perfeccionando y, gracias al uso de los diez dedos, la velocidad y la perfección fue en aumento. La irrupción de los ordenadores provocó, como se ha explicado, la falta de formación mecanográfica, por lo que en la actualidad los usuarios de teclados con clave qwerty han vuelto a los orígenes, a sistemas bidactilares, que inevitablemente llevan asociados menos velocidad y más imperfección.
D. Ángel Liébana |
Clave qwerty |
Tras estas reflexiones conviene volver a la pregunta inicial: ¿qué importancia tiene actualmente la mecanografía? Para las administraciones educativas, ninguna, porque no aplican ningún esfuerzo por desarrollarla. Para el mundo empresarial, escasa, porque parece ser que lo importante es escribir documentos de cualquier naturaleza independientemente del tiempo que se emplee -"¡Qué más da, si al final el informe o el expediente estarán hechos!"- No obstante, ¿alguien se ha parado a pensar cuánto tiempo se podría ahorrar contando con alguien que, entre otras cualificaciones, fuera un buen mecanógrafo? La consecuencia es que los usuarios de un teclado seguirán perdiendo tiempo y peleándose con qwerty, cometiendo errores sin saber que todos tienen un motivo y que absolutamente todos son subsanables.
En fin, sobre este aspecto, insisto, soy más bien pesimista. Aprendí mecanografía con doce años, he estado toda mi vida rodeado de teclados mecanográficos y el dominio de esta técnica me ha permitido competir en campeonatos mundiales y acceder a puestos de trabajo que, de otra manera, me hubiera sido imposible conseguir. Durante un tiempo pensé que informática, tratamiento de textos y mecanografía formarían una inmejorable alianza y que el nivel mecanográfico aumentaría considerablemente. Hoy la realidad me demuestra que no es así. Incluso en algunas oposiciones la velocidad exigida actualmente es inferior a la que se pedía con máquinas de escribir convencionales.Le estoy muy agradecido a esta técnica y me apena ver la situación en la que se encuentra, pero no se puede luchar contra el concepto de que nuevas tecnologías y mecanografía son incompatibles. ¿O realmente no lo son tanto?